lunes, 22 de diciembre de 2008

Pequeño gran hombre


Tengo un amigo de 3 años. Evidentemente no somos amigos porque coincidiéramos en el instituto, ni en la facultad, ni siquiera en la barra de ningún bar donde los dos pudiéramos jurar no haber estado. Nuestra historia es diferente. El hecho de que seamos amigos, eso sí, es mera casualidad, como ocurre en todas las amistades. La mayoría de los componentes de mi cuadrilla habitual de colegas (que lleva sin actualizarse desde que yo tenía 16 años, como el Partido Popular) tienen problemas con sus novias, con la hipoteca, con sus compañeros de piso,… las preocupaciones de mi nuevo joven amigo se limitan a ir al cole, tirarse una tarde entera sobando su propio ombligo, aprender nuevos insultos, ver dibujos en la tele o reírse de aquellos que tenemos que oler sus pedos. Sé que quizás no parezcan preocupaciones tan serias como las del resto de mis amigos, pero qué le vamos a hacer, él es así y a los amigos se les quiere tal y como son. Pensareis que no tenemos mucho en común, y en cierto modo es verdad, pero hemos aprendido a respetarnos y a saber que siendo tan diferentes, aún así podemos pasarlo bien estando juntos. Nos conocimos este verano en las fiestas de “piragües”, en el lugar que ha pasado a ser mi segundo hogar: Ribadesella. Hay que admitir que, en un primer momento, no nos caímos bien. Él me veía como el típico intruso que amenazaba su cuidada condición de protagonista de las vidas de todos aquellos que le rodean (siempre tan vanidoso), y yo no soportaba que no se sintiera asombrado ante mis ingeniosos trucos de magia (que si hacer desaparecer una moneda, que si adivinar una carta…. lo típico). Sin embargo, poco a poco, los dos asumimos que estábamos condenados a entendernos, dado que es mucho lo que compartimos y el tiempo es demasiado escaso y precioso como para malgastarlo llevándonos mal. Es por eso que dejé de ser algo molesto en su vida para pasar a ser algo con lo que divertirse mientras me molesta. Algo es algo. Es difícil cogerle cariño a aquel que disfruta si te pegas una hostia con una columna o si caes por un barranco, y resulta gracioso escuchar a la gente que, mientras el te acribilla a patadas y pone empeño en arrancarte una oreja, te dice que “hace eso porque te quiere”. Joder, menos mal que no me odia. Lo peor es que te lo crees, y a partir de ese día, si te da un bofetón o te tira del pelo, esbozas una sonrisa de gilipollas y piensas: “el chaval me adora”. Y así empezamos a hacernos amigos. Y es ahora, cuando más disfruto de su compañía, cuando más pienso en el futuro. Puede que nunca salgamos juntos de fiesta (seguramente yo ya no estaré para esos trotes), puede que no nos peleemos por ninguna chica (aunque en cierto modo ya lo hemos hecho), puede que no tenga que acompañarlo a casa los días que haya pasado demasiado tiempo en la barra y hasta es posible que no llegue a conocer a la que será la mujer de su vida, pero por el momento me conformo con estar ahí para recibir sus abrazos y, de vez en cuando, sufrir alguna de sus travesuras. Es lo bonito de tener un amigo de 3 años, no hay día que pase en el que no te sorprenda con algo nuevo: una palabra, un gesto, alguna argucia,… Lo triste es pensar que es posible que cuando crezca llegue a olvidarse de todo lo que hemos pasado juntos (la memoria del ser humano es tenue), pero que bonito es pensar que quizás estés siempre ahí para recordárselo. Para poder decirle a ese hombretón que pasa sus tardes fumando con sus colegas y lanzando piropos escasos de buen gusto a las chicas del pueblo, que si alguna vez algún crío de 3 años se le acerca y le ofrece su amistad, lo mejor es que se lo piense dos veces antes de rechazarla, porque puede que de esa forma se libre de muchas babas y de oler unos cuantos pedos, pero también puede que esté perdiéndose lo que podría ser una gran amistad. Y a este pequeño gran amigo le dedico este post. Para que algún día, cuando sea capaz, pueda leerlo.

Y para el resto de mortales os dejo este monólogo de JJ Vaquero, uno de los grandes de Paramount Comedy, para que os echeis unas risas. A disfrutarlo!!!