miércoles, 24 de septiembre de 2014

La Historia dice: PODEMOS


Me lo esperaba, peno no tanto...

Estoy impresionado con la puesta en marcha del aparato propagandístico del bipartito PP-PSOE para evitar la irrupción de una iniciativa ciudadana como PODEMOS en el panorama político nacional. Me esperaba mentiras, descalificaciones, muchas cosas... pero las insinuaciones de que es ETA o ver en TV a gente hablando de PODEMOS con argumentos que incluyen "mutilaciones de niños" o "genocidio de judíos" me ha dejado claro que la dictadura de la Burguesía que sufrimos (sí, amigos míos, como lo oyen... dictadura) es más feroz de lo que ninguno hubiésemos imaginado... Mis sospechas, me temo, se han quedado cortas...

La explicación más sencilla se encuentra en el (tan cuestionado por la Burguesía) metarrelato de Marx. La sociedad moderna, como la antigua, está dividida en clases, clases que luchan por ejercer poder sobre las otras. A lo largo de la historia el poder lo ha ostentado la Realeza (Antiguo Egipto, Imperio Romano, Imperio Español de los Austrias, etc...), la Nobleza (Grecia presocrática, la Roma Republicana, Baja Edad Media en Europa, etc...) y la Burguesía (que empezó a coger prestigio social en el Renacimiento de Italia y Flandes y alcanzó su máximo poder económico en Europa tras la Revolución Francesa.... y hasta ahora). La única clase social que jamás ha tenido el poder es el Proletariado. La puesta en marcha, a la práctica, de las ideas marxistas no ha dado los resultados esperados. Las razones? Múltiples: comienzo de las revoluciones en países devastados por la guerra o con escasa industrialización, bloqueos del mundo capitalista a estos estados, asalto de las oligarquías nobiliarias al poder tiranizando la iniciativa proletaria, etc, etc... 

Cuando una clase social aparta del poder a otra, a esto le llamamos Revolución socio-política. Es lo que ocurrió en la Revolución Francesa cuando la Burguesía usurpó el poder de la Realeza de los Borbones. Cada clase social, cuando está en la cúspide, utiliza un "instrumento de poder" para impedir el ascenso del resto de clases. La Realeza se valió del mandato divino, la Nobleza de las posesiones territoriales y la Burguesía del capital (es decir, el dinero). El Proletariado también tiene un instrumento de poder: el trabajo. "La tierra es de quien la trabaja", diría un proletario, "de quien la compra", diría un burgués, "de quien la hereda", diría un noble y "de quien tiene el favor divino", diría un monarca. En el mantenimiento del poder de una clase social frente al resto siempre ha tenido un peso importante el clero, y no sólo en el caso de la Realeza (por lo evidente), si no también en el caso de la Nobleza (sólo hay que recordar la Edad Media) y la Burguesía (como ya sabemos, la Iglesia no está precisamente del lado de Izquierda Unida). El clero siempre se agarra al caballo ganador.

Ninguna Revolución ha sido pacífica. Jamás. Para que una clase social abandone el poder el resto la tienen que sacar (perdón por la expresión) "a hostias". Que nadie espere que los burgueses abandonen sus comodidades por las urnas o amedrentados por una manifestación pacífica, como tampoco lo hicieron los reyes ni los nobles. Nadie abandona el trono "por las buenas".

Y, ahora sí, retomamos la historia anterior. En una España devastada por la Crisis, el proletariado se ha visto más unido que nunca, al ganar evidencia el sinsentido del poder del capital frente al poder del esfuerzo laboral. Por qué nosotros, que somos los que nos matamos a trabajar, pagamos los platos rotos de los que se pasan el día en sus yates? Y de esta unión salen las iniciativas ciudadanas como la mencionada: PODEMOS. No se puede hablar de un intento "revolucionario" propiamente dicho, pues nadie en PODEMOS ha sugerido acabar con el poder de la burguesía, e incluso hacen guiños a la misma para ganarse su confianza, simplemente se pide que el proletariado gane protagonismo y que pueda optar a quedarse su parte (merecida, con sudor y lágrimas) del pastel. Nada más.

Pero los representantes de la Burguesía (banqueros, empresarios, agentes de los mercados...) no están dispuestos, no ya a abandonar el poder, si no tampoco a ceder ni un ápice del mismo al proletariado. Y a esto, amigos míos, se le llama un "conflicto de clases". La Historia nos ha enseñado que estos conflictos tienen dos posibles finales: o bien la clase dominante hace concesiones a la clase aspirante para rebajar la tensión (como hizo la Realeza con la Burguesía durante la Ilustración en Europa) o el conflicto acaba en un derramamiento de sangre (como en el caso de la Revolución Francesa).

Así que no nos equivoquemos, PODEMOS representa esa mano tendida, impulsando políticas más justas que apacigüen la furia del ya exhausto proletariado... sediento de su ansiado poder político-social. Señores empresarios (y políticos del PP-PSOE que les defienden), se equivocan ustedes al señalar a PODEMOS como un ogro con sus descalificaciones, pues en realidad es ahora mismo el único salvavidas al que pueden agarrarse ustedes para evitar que el ogro de verdad (que sigue agazapado) despierte. Si esto último ocurre... sólo les quedará huir... o morir. Palabra de la señora Historia, que nunca se equivoca.