domingo, 29 de enero de 2012
Democracia? No lo creo...
Imagina que perteneces a una pandilla de 5 chicos. Hasta hoy siempre ha tomado las decisiones una persona: vuestro líder. Si él quería ir a la playa, todos ibais a la playa, y si prefería quedarse en casa y no salir, pues todos recluidos en su dulce hogar. En efecto, vivías en una Dictadura. Así se sentían los griegos de la época Micénica (en el siglo XVI a.c.) o, ya más adelante, los ciudadanos de Atenas del siglo VI a.c. Pero hoy en tu pandilla habéis tomado una importante decisión: de ahora en adelante someteréis a votación los planes... y será el plan más votado el que se lleve a cabo. Bienvenido a la Democracia. Algo así pasó en Grecia en el siglo V a.c. Las ciudades estado griegas eran poco más que un pueblo de los de hoy en día, y las decisiones se tomaban en asambleas ciudadanas no muy diferentes a tus reuniones vecindarias o a las que se podrían dar en el ejemplo del inicio. Esta situación era ideal porque lo que ocurre cuando las poblaciones son pequeñas es que el sentir de la mayoría tiene un peso empático en los ciudadanos. ¿Qué quiere decir esto? Pues que aunque no estés de acuerdo con lo que se ha decidido, el hecho de que los que sí están de acuerdo formen una comunidad contigo, es decir, os conocéis y convivís juntos (para lo bueno y para lo malo) hace que esas decisiones las sientas cercanas a ti, pese a no compartirlas. Es como en el ejemplo de la pandilla: si todos tus colegas quieren ir a la playa y tú no, cuando te pones el bañador y coges tu toalla piensas: "bueno, son mis chicos, un día es un día". Lo que quiero decir es que el "son mis chicos" o, llevado a la Grecia socrática, "es mi comunidad", hace que el peso de la mayoría resida en la empatía hacia tus congéneres más allá del mero hecho de que su opinión sea simplemente la más votada. Se convierte en un asunto de la coherencia de ir de la mano con aquellos que conviven contigo y con los que discreparás, unas veces sí, y otras no. Esta es la democracia que conocieron los griegos en las ciudades estado, la democracia de Pericles (por ejemplo).
Ahora imagina que tu pandilla empieza a expandirse. Un amigo trae a otro y este a otro más, y luego es el amigo de un amigo que trae una pandilla de otro pueblo que a su vez conoce a otros 200 tipos de un pueblo cercano que.... en fin, que tu "pandilla" (si es que ahora se le puede llamar así) ahora tiene cientos de miles de integrantes, el 99% de los cuales ni siquiera has visto una vez en tu vida. De nuevo los planes se someten a votación... y el más votado se llevará a cabo. Bienvenido a la Democracia Moderna. Lo que ocurre ahora es que lo que decida la mayoría ya no tiene un peso empático en ti. La decisión de esa masa de gente la ves como algo muy ajeno, y si no estás de acuerdo con ello no hay un "son mis chicos" o "es mi comunidad" que te consuele. Solo queda bajar la cabeza y asentir. O eso o salir a la calle a gritar mientras los desconocidos te miran desde las ventanas de sus casas mientras te llaman "loco" o "reaccionario". Eso si no mandan a una cuadrilla de desconocidos a que te den una somanta de porrazos... De repente te sientes en una posición muy parecida al inicio de este cuento. Hay algo ajeno a ti que decidirá por ti para siempre. Antes el líder que lo decidía todo era un colega tuyo... ahora ni siquiera eso... el "líder" es una masa de desconocidos que podrían enviarte a una guerra o hacerte cómplice de cualquier injusticia. Esto es la llamada Dictadura de la Mayoría. Lo peor de todo esto es que en el Sistema hay trampa: las masas son volubles... y fácilmente manipulables. Y esto quiere decir que con un buen programa propagandístico y unos medios de comunicación dispuestos a consentirlo, unos "pocos" de esa mayoría pueden manipular las opiniones y decisiones del resto. ¡Madre mía! ¿A dónde hemos llegado? De repente lo que al principio parecía un sueño se ha convertido en una pesadilla. Y además tienes un problema gordo, porque si alzas tu voz contra el Sistema, los "pocos" que llevan el cotarro y se lucran a base de manipular al resto no van a decir que gritas contra una pesadilla, sino que dirán que luchas contra un sueño, y hasta tendrán las pelotas de mencionar a Pericles o a los atenienses en los insultos que te lancen. Así, vagaras por las calles incomprendido, bajo la mirada de atónitos desconocidos, que sonríen a tu paso como el que acaba de ver a un tarado. Y luego girarán de nuevo su rostro hacia la tele, y seguirán impregnándose de esa propaganda que les hará creer que realmente sus opiniones personales pesan en las decisiones del conjunto... cuando la trampa está en en que ya no hay "opiniones personales", las opiniones te las han ido inculcando desde niño... en el cole, en la tele, en las películas, en los periódicos, los telediarios... ya no eres dueño de lo que piensas... sólo un loro que repite lo que le han enseñado a pensar.
Pero volvamos nuestras miradas atrás. A lo largo del siglo XV los otomanos expandían sus dominios en Oriente. Su avance por Europa Oriental hacia el Peloponeso produjo un éxodo masivo de ciudadanos griegos, y muchos de ellos llegaron a la toscana italiana impregnados de la cultura clásica que creíamos perdida. Italia en esa época estaba disgregada en pequeñas ciudades estado, a diferencia del resto de Europa, un collage de vastos territorios bajo el yugo de reyes y nobles de un feudalismo ya rancio. Que gran coincidencia: griegos y sus conocimientos y, de nuevo, ciudades estado. A lo largo del siglo XV los habitantes de la península itálica abrazaron de nuevo la cultura y el pensamiento de la Grecia clásica, de esa Grecia de la que hablamos al principio de este cuento. Todo estaba listo para el resurgir de un antiguo sueño, y que mejor nombre para ello que "El Renacimiento". Y ahora pongamos nuestras miradas en el presente. Internet ha provocado que las personas abandonen el aislamiento de la sociedad capitalista y vuelvan a hablar entre sí, y a compartir sus opiniones a miles de kilómetros de distancia, y a sentirse parte de grupos y comunidades. Que bonita esa palabra: Comunidad. Y es en estas comunidades donde se grita con fuerza que la Democracia que nos han vendido es un fraude. Por supuesto, los que lo gobiernan todo tiemblan... tiemblan en el Magreb, en Sol, en Manhattan y en Moscú. Tiemblan porque las trampas de un mentiroso tienen fecha de caducidad, y este Sistema corrupto también. ¿Quien sabe? Con suerte algún día podamos decir que en los siglos XV y XVI hubo un primer Renacimiento de carácter artístico, y en el XXI otro Renacimiento... político y social. Soñar, incluso en este Sistema donde sólo vale el dinero, es gratis.
Quedaos con esta cita de Thomas Jefferson: "La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% de la gente puede lanzar por la borda los derechos del otro 49% ".
Otra Democracia es posible, eso es todo lo que digo. El cómico de la entrada del Blog de hoy, dado el tema que se ha tratado, es y tiene que ser: George Carlin... ¿quién sino? Atentos a esta rutina en la que habla del dilema shakesperiano de votar o no votar...
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2 comentarios:
Me encanta cómo piensas. Es una pena que el vídeo que incrustaste haya sido eliminado. Tus monólogos son una pasada y tus pensamientos no se quedan cortos. Como decías en otra entrada, " hacer reír es, al fin y al cabo, hacer pensar. " Consigues hacer pensar de ambas formas. Extraordinario, y muchas gracias.
Bill Hicks decía que sólo se puede hacer reír sin hacer pensar haciendo cosquillas jejeje Los cómicos tenemos la suerte y la maldición de ser los bufones de la corte. Podemos reírnos del Rey en su cara... pero es difícil que nos tomen en serio. Me alegra saber que eres de l@s que nos toman en serio. ;-)
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