domingo, 18 de septiembre de 2011

Madre solo hay una, burbujas... muchas


Burbujas. Construyen burbujas para nosotros. Burbujas de fantasías, burbujas de aire cálido donde sentirte a salvo. Primero son Los Reyes Magos y Papá Noel, Dios te vigila y te cuida, sopla en la heridita que sanará... Las burbujas crecen y se hacen sofisticadas: tus padres se quieren y siempre se querrán, la familia estará ahí siempre para cuidarte, el amor y la amistad están ahí para arroparte. Hay burbujas para adultos: vives en el país de los buenos, tu sistema funciona y el resto es falacia y barbarie, rezas al Dios verdadero y los demás están equivocados... Hay personas que viven en una eterna esfera de fantasías, protegidos por una tela metálica en continua evolución. Sin embargo, estas burbujas a veces se rompen. Mi burbuja se rompió cuando tenía 6 años. Sí, soy el niño fuera de la burbuja. Menos mal que ahí estaba mi madre. En ese momento tomó una decisión que marcaría mi vida para siempre. Cualquier otra persona hubiera reaccionado confeccionando otra maravillosa pompa de ilusión para su niño pero mi madre prefirió coger otro camino. Me enseñó, ya de niño, que el mundo en el que vivía no era un cuento de hadas, e incluso recuerdo el día en el que siendo yo pequeño me habló de la muerte que me esperaba al final del trayecto. Me dijo que estábamos solos, que no había Dios alguno, que no había un Más Allá donde se recompensarían mis buenos actos, que era aquí y ahora donde debía de intentar ser feliz y hacer felices a los míos. Me enseñó a vivir sin burbuja. Vivir así no siempre es fácil. Es increíble que pese a ser invisibles, las personas distinguen perfectamente las burbujas de sus semejantes, y era difícil para los que me rodeaban el aceptar como amigo a alguien sin caparazón. Quizás por eso me convertí en un niño introvertido, el niño introvertido que aún sigo siendo. Sin embargo, esa aparente condena se ha convertido en mi bendición. Me hace feliz el poder ver el mundo desde fuera, y es precisamente el no tener burbuja lo que me ha dado una mayor perspectiva sobre lo que me rodea. De hecho, es gracias a esto, que me he convertido en cómico. Hace poco, en la fiesta de jubilación de mi madre, la profesora encargada de hacer el speech (que a todo esto fue un texto cómico de una calidad sobresaliente), Luisa Barreiro, dijo que podía ver en mi madre el origen de lo que ha sido mi trayectoria como cómico profesional. Luisa está en lo cierto. ¿Que es sino un cómico más que un golpeador de burbujas? Los cómicos suben a los escenarios y a martillazos hacen temblar las redes de ilusiones e hipocresía que rodean al público. Por eso a veces obtienen una risa, y otras una queja. Todo depende del humor de la persona que se esconde tras la burbuja que hayan golpeado. Haber perdido tu burbuja es una ventaja para saber cómo atacar las de los demás. Una vez has visto derrumbarse una... conoces los puntos débiles de todas. Por eso, y con motivo de la jubilación de mi madre me decidí a escribir este post. Mi madre ha dedicado su vida a educar y formar personas, tanto a sus alumnos como a sus propios hijos. Ahora puede contemplar los frutos de todo aquello por lo que luchó. Sus alumnos, en su última clase, le dedicaron un emotivo recital a coro de su poema favorito, de Rudyard Kipling. Yo te dedico este post, te dedico mi vida, pues eres el origen de todo lo que soy. Sabes que ahora tengo un hijo y junto a mi mujer cuido y confecciono su cálida burbuja. Pero sé perfectamente que algún día esa burbuja que con tanto esfuerzo hemos forjado quizás se rompa. No importa. No tengo miedo. Porque tú me has enseñado lo que hacer. A ti mamá, te lo debo todo. Gracias a ti soy feliz sin mi burbuja.



"Serás un hombre, hijo mío"

Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza

Si sabes esperar y a tu afán poner brida
O blanco de mentiras esgrimir la verdad
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad

Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores.

Si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.

Si todas tu ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.

Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.

Si entre la turba das a la virtud abrigo
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si marchando con reyes del orgullo has triunfado
Si eres bueno con todos pero no demasiado

Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más serás hombre hijo mío…. “

Rudyard Kipling

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizas de todo lo que he buscado como definición de burbuja, sin duda la más acertada es la tuya. Por ello te brindo mi enhorabuena, y la verdad escrita en sus palabras.

Danny Boy-Rivera dijo...

Gracias "anónimo"!!! :-)

Anónimo dijo...

A veces para decir lo correcto y hacer lo correcto, no hace falta irse en busca de grandes autores, ni de siglos pasados. Sobra con ser normal. Felicidades por tu artículo

Carmelo García Del Caño

Danny Boy-Rivera dijo...

Gracias por tu comentario Carmelo.

Como ves, por alguna razón se ha descartado tu comentario de mi blog, pero lo vi en la página de moderación, por lo que lo he copiado y vuelto a poner pero como "anónimo".

No me preguntes lo que ha ocurrido... ni idea...