jueves, 10 de julio de 2008

Mejorando mi texto... una y otra vez


Sigo trabajando. Ayer acudí de nuevo a La Chocita del Loro (Goya) a seguir probando y mejorando (sobre todo en la parte de interpretación) el texto que espero poder grabar en Paramount Comedy a partir de Septiembre (… o algún día, aunque sea otro mes). Cada día que lo pruebo me voy dando cuenta de las múltiples posibilidades de mejora que presenta, muchas veces en mi casa releyéndolo y otras (la mayoría) en el propio escenario, energizado por la presencia del público, que pide un “punch” donde antes no lo había o deja de prestar atención en ciertas partes que habías dilatado en demasía. La verdad es que después de estos meses centrándome en el texto ahora estoy más involucrado en la interpretación del mismo, en las actitudes a mostrar en el escenario, las pausas, etc… Sigo intentando darle más energía a ciertas partes e incluso he sacrificado otras para evitar caer en el error de meter chistes con calzador aun a riesgo de provocar incoherencias en el texto. Ayer precisamente me cargué unos 4-5 minutos de texto porque ahí arriba me dí cuenta de que, a pesar de que generalmente es una parte que funciona, no es coherente con el resto de premisas del espectáculo, y este distanciamiento se puede transformar en un distanciamiento del público respecto al show. No es aconsejable contar historias encima de un escenario (la técnica del stand-up comedy así lo dice), sin embargo sí es preferible que todo lo que expongas al público durante 20 minutos tenga un significado, una integración, porque un texto disperso a menudo genera aplausos dispersos, y un texto sólido suele garantizar, como mínimo, la atención del público que, sin serlo todo, ya es mucho.

Y para no aburriros más con mis impresiones acerca de la escritura y mejora de textos cómicos os voy a dejar con una cómica de pro: Sarah Silverman. Para quien no la conozca deciros que es una cómica norteamericana especializada en ahondar en los tabúes sociales de su país, y en sacar ampollas acerca de temas como el racismo o la religión. En este caso os dejo con algo un poco más personal. Se trata de un mensaje audiovisual que Sarah le envía a su novio (Jimmy Kimmel, presentador de un exitoso late night TV show en USA) en el que le confiesa un terrible secreto que ya no puede seguir ocultando…

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