lunes, 14 de abril de 2008

Danny Boy en Almería


Menudo tute!!!! Llevo un fin de semana… El viernes en el Boite Zeus de Móstoles: hora de comienzo de la función 01:45h, es decir, la hora del cuarto o quinto cubata de un modélico bebedor de fin de semana. Ahí estaba yo, en la barra, después de haber dormido apenas 3 horas el día anterior (por asistir a un evento de igual naturaleza), quitándome las legañas y tomándome un vodka limón (para despertar…). En la pista de baile la gente improvisaba coreografías grupales a ritmo salsero y mi amigo Fran analizaba el entorno con el rigor de un depredador de fin de semana: X chicas, X chicos, calcular % de chicas solas y de ahí sacar probabilidades de éxito… las matemáticas del seductor nocturno. De repente la música desaparece y la gente sale despavorida del escenario (por ese temor que infundimos los cómicos a los vergonzosos: “a mi que no me saque, a mi que no me saque...”). Llega el momento de trabajar. Un único pase: 40 minutos sin descanso, lo que significa que el espectáculo no tiene un break en el medio para que los componentes del público puedan satisfacer las necesidades de sus receptores neuronales de alcohol etílico. Al minuto 32 del espectáculo un señor que habitaba la cuarta fila esta a punto de sufrir un Delirium Tremens por falta de aporte de ron con piña. Siempre fui de los que prefieren 30 minutos, descanso y otros 30 minutos. Un descanso ayuda a aliviar la ansiedad alcohólica del público a base de llenar de pasta la caja del local, con lo que todos ganan. Sin embargo el experimento del pase único me ha sorprendido de nuevo positivamente (solo lo había practicado anteriormente en Santander con iguales resultados) por lo que no estoy seguro de si lo prefiero o no a los dos pases con descanso. Ojala tuviera tiempo de meditar sobre el asunto pero he de descansar que al día siguiente actúo en Almería donde me espera una gran sorpresa, aparte del extraño personaje que custodia las puertas del Fort Bravo del desierto de Tabernas, un poblado de vaqueros de western sesentero. “Son 11 euros”. Es la primera vez que conozco a un ser humano únicamente capacitado para la pronunciación de 3 palabras que utiliza a modo de respuesta comodín para todo tipo de preguntas (supongo que con su mujer habrá tenido más de un malentendido…). En Almería, tras alojarme en el hotel, me reúno con Sir Pichón (cómico de categoría y tío de puta madre), que me acompaña al Bulevar Café, donde mi actuación coincidirá en tiempo y espacio con los restos de lo que era una despedida de soltero y la celebración del ascenso de categoría del equipo de futbol sala del local: imaginaros el caso que me hicieron. La palabra “nulo” se queda corta. Me conformo con la atención y las risas de un par de mesas ajenas a las mencionadas celebraciones y sobre todo a la amabilidad de la dueña y la camarera (en la foto que os dejo). Ambas pelearon contra viento y marea para conseguir los escasos minutos de silencio donde se pudo escuchar algún trozo de mi texto. Tras la “actuación” (por llamarla de alguna manera) disfruté un rato de la noche almeriense y del don de gentes de Sir Pichón para luego volver al hotel, descansar y de vuelta para Madrid. Esta semana toca Galicia y Euskadi. Espero que los equipos de futbol sala y/o dardos de ambos locales no logren proeza alguna esta semana, estoy incluso dispuesto a primar a sus rivales.

Hoy os dejo, contra mi voluntad pero por masiva petición popular, con el “cortometraje” (la palabra le queda un poco grande) Miami Bici, experimento cinematográfico salido de la mente enferma de un servidor y sus colegas y fruto del aburrimiento estival. Carente de argumento alguno, humor, acción, sexo o cualquier otro atributo que confiera interés a cualquier ente televisivo o cinematográfico, este pseudoengendro de serie Z ofrece la posibilidad de comprobar que el resultado de la ecuación: no trama + absurdo + improvisación + toma única + actores no profesionales es = mierda absoluta. Y la mierda absoluta, según se mire… tiene gracia. Hay gente que ya esta pidiendo una segunda parte de Miami Bici (¿¿??). En fin, somos la generación del Chiki Chiki….

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya obra de arte!!!queremos la 2ª parte por favor !!!!!!

Danny Boy-Rivera dijo...

Respeto tu opinion aunque no la comparta. Evidentemente si tal infortunio llega a suceder me veré obligado a participar en el proyecto y no dudes que se expondrán los resultados de tal aberración en este blog. Por otra parte puede que una segunda entrega despeje dudas acerca de la trama de la primera como la posible ambiguedad sexual del personaje de "madero" interpretado por Cesar o la explicación de por qué Tania cabe perfectamente en el maletero de un Mazda MX-5 en el que dificilmente entra una gallina. En todo caso este proyecto depende de la voluntad del director Landinus y sus problemas (lógicos) para encontrar financiación.

Anónimo dijo...

Jajaja! Me parto, más con la aventura por Almería que con el corto, que ya lo había visto en tierras francesas un bonito día que tu hermano se empeñó en enseñarnos. Desde luego Dani, y te lo digo de corazón, lo tuyo son los monólogos, no los cortos ;-)

Antía

Danny Boy-Rivera dijo...

No te falta razón, Antía. Veo que mi hermano se toma muy en serio lo de la publicidad de mis eventos. Dentro de poco lo veo haciendo camisetas de Danny Boy y obligándoos a ponerlas a punta de pistola. Desde luego lo de haceros ver Miami Bici fue cruzar la linea de la tortura. Por mi parte lo siento mucho...

Danny Boy-Rivera dijo...

Pido perdón a todos los integrantes del equipo responsable de la creación de Miami Bici, película ya de culto aquí en Madrid, por si no fui lo suficientemente claro con la ironía de mis comentarios. Jamás quise ofender a sus integrantes, entre los que me incluyo, sino intentar aligerar la responsabilidad de estar yo mismo tras este proyecto que con el tiempo gana más adeptos y hace que crezcan las voces que piden una segunda parte. El tono de mis comentarios reflejaba el miedo a poder mejorar con una segunda parte lo expuesto en la primera, pero el resultado parece haber ofendido a más de un admirador de esta joya del movimiento tarantiniano gallego. Pido disculpas y solicito el reestablecimiento del film a la disposición de las masas en el presente blog. No pueden pagar justos por traidores. Es demasiada la gente que quiere volver a disfrutar con el cine de Landinus. Gracias y permanezco a la espera de la resolución de este desagradable malentendido.

Danny Boy-Rivera dijo...

Gracias por reestablecer la conexión a esta pieza necesaria del celuloide gallego. Aprovecho aquí para impulsar la creación de una segunda parte en el puente de Mayo, en el que estaré por mi tierra. Miami Bici 2 no puede seguir haciendo esperar a sus fans.